Nos podemos preguntar cuál sería la velocidad máxima que
podría alcanzar el hombre corriendo en un terreno llano. Para responder a esto
vamos a recurrir a la prueba de atletismo de los 100 metros lisos, que es la
distancia más apropiada para conseguir un límite máximo de velocidad, y nos
centraremos en la que hasta el momento ha sido la más rápida (Berlín 2009), ya
que supuso que el jamaicano Usain Bolt batiese el récord del mundo con una marca
de 9,58 segundos.
Si nos fijamos
en la gráfica de la velocidad en función del tiempo de dicha carrera de
Usain Bolt se observa que el corredor parte del reposo con una velocidad inicial
de 0 m/seg, aumentando dicha velocidad hasta que alcanza la velocidad media
máxima en el tramo comprendido entre los 60 y 80 metros, en el que emplea 1,62
segundos, para ir disminuyendo suavemente en los últimos 20 metros.
Teniendo en
cuenta estos datos, la velocidad media de la carrera fue 100/9,58 = 10,44 m/sg,
lo que equivale multiplicando por 3,6 a 37,58
km/h. La velocidad media máxima
alcanzada, entre los 60 y 80 metros, tomó el valor de 20/1,62 = 12,345 m/seg, equivalente a 12,345 . 3,6 = 44,44 km/h. Ahora bien, el instante en el que se produjo la máxima
velocidad correspondió concretamente a los 65 metros aproximadamente con una velocidad máxima
de desplazamiento de 12,5 m/seg = 12,5 . 3,6 = 45 km/h.
Luego, hasta ese
momento en el que se produjo el récord del mundo de 100 metros lisos podemos
considerar la citada velocidad como la máxima que puede alcanzar el hombre en
carrera y en terreno llano. Para realizar una comparación digamos que el animal
más rápido que se conoce, que es el guepardo, puede superar corriendo los 100
km/h de una manera holgada, con una salida y aceleración fulgurantes. A los dos
segundos de carrera es capaz de superar los 50 km/h.
Nota: Para el paso de m/seg a km/h hemos de tener en cuenta que una hora tiene 3.600 segundos y que un km equivale a 1.000 metros, por lo que hemos de multiplicar por 3,6.